Etapa Ferrol Neda

Tal y como hacían los peregrinos, sobre todo británicos, desde el siglo XV comenzamos esta aventura en el puerto ferrolano de Curuxeiras. Desde allí ponemos rumbo al denominado Ferrol Vello, el casco histórico de la ciudad que a lo largo de los últimos años ha ido deteriorándose por el abandono de muchas de sus viviendas a pesar de estar considerado Bien de Interés Cultural. Tales son los desperfectos que en los últimos meses el gobierno municipal ha tenido que cerrar algunas calles por peligro de derrumbes. El trazado continúa por la calle Carmen Curuxeiras, siendo probable que algunas flechas nos desvíen del camino en algún punto por el comentado cierre de calles, para continuar hacia la rúa de San Francisco de pendiente ascendente. Tras esta pequeña subida la iglesia neoclásica del mismo nombre nos recibe en el lugar que antes ocupaba el antiguo convento de San Francisco. Si nos desviamos un poco del Camino, detrás de la iglesia se encuentran los Jardines de Herrera, con unas excepcionales vistas del Arsenal Militar de la ciudad departamental. También, en el extremo opuesto de la iglesia a mano izquierda está el parque Reina Sofía, jardín que servía como huerto para los frailes del convento franciscano. Merece la pena visitar su “pista de baile” y la fuente Wallace, rodeada de bustos en honor a grandes personalidades históricas de la ciudad. Siguiendo de frente desde este parque o desde la misma iglesia pasaremos por delante del Parador de Turismo y un poco más adelante del edificio de Capitanía General, el cual actualmente sirve como archivo y biblioteca de la Armada, albergando en su interior importantes obras de los siglos XVIII y XIX.

Antes de entrar en la calle Real ya podemos apreciar el drástico cambio urbanístico: ahora sí nos sumergimos de lleno en el Ferrol de la Ilustración y en el barrio de la Magdalena. A través de esta calle vamos a dar a la plaza de Amboage, construida en el siglo XVIII bajo el nombre de plaza de Dolores y lugar donde se ubicaba un antiguo mercado de artículos de primera necesidad. Llegados a este punto, el Camino prosigue por la rúa Real pero merece la pena desviarse desde la plaza hasta la Concatedra lde San Julián, unas calles más abajo a mano derecha y muy próxima al Mercado. Este templo, obra de Julián Sánchez Bort, es el más importante de la diócesis de Mondoñedo Ferrol tras el ubicado en la propia capital mindoniense. Tras este pequeño desvío volvemos a la calle Real, la cual nos llevará sin desviarnos hasta la plaza de Armas, donde encontraremos el edificio del Ayuntamiento. Poco se conserva de su fisonomía original ya que en sus comienzos contaba con una zona arbolada y un obelisco en el centro con una fuente de agua potable que abastecía a todos los vecinos. Girando en la misma plaza a mano derecha seguiremos por la calle de la Tierra en dirección al  Cantón de Molíns, la primera de todas las grandes alamedas de Galicia. Continuando hacia el barrio de Esteiro, antes de una subida y nada más salir del Cantón nos encontramos con otra iglesia de estilo neoclásico, el templo de las Angustias. Esta capilla acoge a una de las órdenes religiosas más importantes de la ciudad. Nos adentraremos ahora en uno de los barrios más importantes y hermosos de la ciudad, el barrio de Esteiro que junto al de la Magdalena catapultaron a la ciudad como la más poblada de toda Galicia del siglo XVIII. A la entrada caminaremos por delante de la puerta de Navantia, antigua Bazán, los grandes astilleros de la ciudad que actualmente luchan por una mayor carga de trabajo. Justo al lado también pasaremos por el cuartel de Infantería de Marina y muy cerca del campus universitario, a la izquierda de nuestro itinerario. Este barrio cuenta con todo tipo de servicios pero es necesario desviarse hacia la avenida principal, la ruta transcurre por un lateral de la misma.

Cambiaremos Esteiro por el barrio de Caranza, a través de un paseo fluvial y por la avenida del Mar, bordeando la ría. Ya desde aquí podremos apreciar la ría de Ferrol en todo su esplendor, visualizando a lo lejos los municipios vecinos de Narón, Neda y Fene y el famoso puente de las Pías. Cuando lleguemos a un campo de fútbol debemos descender por un paso subterráneo bajo la N-651 hacia el polígono de A Gándara y por la avenida Nicasio Pérez, perteneciente al ayuntamiento de Narón. Nada más entrar en esta zona industrializada llena de comercios y naves giramos a la derecha por la calle Luis Seoane y un poco más delante de nuevo torcemos en esa dirección por un paseo paralelo a la ría. Tras una subida dejamos atrás el asfalto y por un paso elevado accedemos a un sendero paralelo a las vías del tren rumbo al lugar de A Faisca. Un poco más adelante giraremos a la derecha hacia un túnel bajo la FE-11 para tras cruzarlo torcer a la izquierda en el lugar de O Couto, donde podremos visitar el monasterio do Couto (Monasterio de O Couto o de San Martiño de Xubia). Este templo fundado en el siglo VIII alcanzó su máximo esplendor gracias a la orden de Cluny, destacando su iglesia románica y varios sepulcros medievales, de los que tan sólo se conserva el del caballero Rodrigo Esquío. Cuenta la leyenda que entre este convento y la vecina Neda existía un túnel bajo la ría que permitía a los monjes cruzar sin ser vistos. Seguimos por una pista asfaltada y luego un sendero de tierra que conduce a un paso elevado. Tras superar una torreta de Fenosa giramos a unos metros a mano derecha, buscando de nuevo las aguas de la ría de Ferrol. Descendemos hasta vislumbrar el molino de As Aceñas y al lugar de O Ponto. Los restantes metros hasta el albergue de Neda los recorreremos por un agradable paseo, salvo por la presencia de la empresa siderúrgica Megasa, que desentona totalmente con el entorno. Tras cruzar el río Grande de Xubía veremos ya el albergue, justo al lado de un instituto y en una posición privilegiada.  Muchos peregrinos optan por pernoctar en él ya que aún quedan algo más de diez kilómetros hasta Pontedeume. Otros deciden continuar hasta Pontedeume, a algo más de diez kilómetros de distancia desde aquí. Si decidimos quedarnos, podemos acercarnos hasta la cercana Xubia, al otro lado del puente, donde encontraremos todo tipo de tiendas y establecimientos o adelantar camino y visitar la villa de Neda, un par de kilómetros más adelante. Esta pequeña villa de origen medieval es famosa por la calidad de las aguas del río Belelle así como por su sabroso pan y dulces.