Etapa Lourenzá Abadín

No es tan fiera la etapa como la pintan. Seguramente, los peregrinos recibirán avisos y consejos acerca de la dureza de esta jornada entre Lourenzá y Abadín, de 25 kilómetros. Efectivamente predominan las subidas, pero compensadas con un frondoso y solitario paisaje que permite al viajero transitar sin sobresaltos, aunque vigilado por la huidiza presencia de raposos, jabalís, corzos o ardillas, con los que no es difícil toparse en los márgenes del camino

Dos son los accidentes que pondrán bien a prueba las piernas: comienza la marcha con una pronunciada cuesta desde el albergue de Lourenzá, pero el plato fuerte se reserva para los últimos kilómetros, en un durísimo ascenso paralelo al puerto de A Xesta.

En bici son muchos los que optan por esquivar las veredas y caminos angostos entre Lourenzá y Mondoñedo, transitando la N-634. Es un tramo de unos 8 kilómetros, con tráfico denso, por lo que habrá que circular con especial precaución. El resto de la etapa discurre por carreteras locales y caminos de tierra anchos, fácilmente practicables para los ciclistas.