Etapa Neda Pontedeume

Seguimos el curso del paseo fluvial que une Narón y Neda a través de las marismas del río Belelle. Este trazado respira paz y tranquilidad, perfecto para afrontar una nueva etapa. Cuando finaliza el paseo de madera salimos a un camino de tierra que, tras girar a la izquierda, nos conducirá a la carretera general y a la iglesia de Santa María de Neda de estilo barroco. De su interior destaca una talla de madera del Cristo de la Cadena, situada en el altar mayor y traída desde Gran Bretaña en la época Tudor. Cuenta la leyenda que dicha talla llegó a la iglesia flotando en el mar y que una vez colocada ya en la iglesia intentó “escapar” en varias ocasiones de nuevo hacia aguas profundas. Los feligreses se cansaron de recogerla una y otra vez por lo que decidieron encadenarla al altar. Saliendo por la puerta de la iglesia a mano izquierda nos dirigimos a un parque infantil y a un pequeño puente que salva el río Belelle para adentrarnos en la calle Paraíso. Tras unos cuantos metros de subida pasaremos por delante de la Torre del Reloj, lugar donde antiguamente se ubicaba el hospital del Espíritu Santo de peregrinos, tanto los que se dirigían a Santiago como los que viajaban a San Andrés de Teixido. Actualmente sólo se conserva la Torre, una inscripción conmemorativa y una cruz ya que la antigua capilla fue prácticamente derruida en su totalidad al construir el edificio consistorial. A partir de aquí seguimos de frente y enlazamos con la calle Real,  caracterizada por su trazado y soportales medievales repletos de flores. Si deseamos desviarnos a la calle principal (Avenida de Algeciras) podremos encontrar supermercados, farmacia y varias cafeterías. Continuando por la rúa Real a la altura de un bar deberemos de girar a la izquierda pero recomendamos hacer un pequeño desvío, ya que la iglesia gótica de San Nicolás se encuentra fuera del trazado jacobeo pero a tan sólo unos metros de distancia si seguimos recto por la calle Real hasta el final. La fachada es de estilo principalmente barroco ya que fue modificada en varias ocasiones y de su interior destacan sus tres capillas de los siglos XVI y XVI así como el sepulcro de Don Diego Esquío, señor feudal de la zona. En el atrio del templo también podremos apreciar uno de los cruceiros más antiguos de toda Galicia. Antiguamente se encontraba en la calle Paraíso para guiar a los peregrinos hacia su destino compostelano. Desde aquí podemos enlazar con el trazado original si damos marcha atrás y en la primera intersección ascendemos a  mano derecha hacia la calle General Morgado. La recorreremos íntegramente hasta llegar a una intersección, donde deberemos girar a la derecha hacia la estación del tren y pasar por debajo del puente de la autopista para inmediatamente después girar de nuevo a la izquierda. Antes de proseguir podemos hacer una pequeña parada en el bar O Camiño Inglés, que ofrece desayunos y comidas a los peregrinos más hambrientos. De nuevo, si deseamos continuar por la carretera general para adquirir provisiones tan sólo tendremos que subir a la mano izquierda hasta encontrárnosla, si seguimos por ella enlazaremos un poco más adelante ( en el lugar de O Regueiro) con las flechas amarillas. Comienza aquí el primer gran repecho de esta etapa, ascendiendo por el monte Marraxón en dirección a A Silva y O Puntal de Arriba. Las vistas en lo alto recompensarán el esfuerzo realizado.

Una flecha amarilla nos indicará un desvío a la izquierda hacia Conces, con una fuente de agua potable. Entramos así en el concello de Fene, por la rúa do Campo. Al igual que en la vecina Neda, encontraremos todo tipo de servicios en su carretera principal. Ponemos rumbo a la Casa de la Cultura y nada más pasarla cogemos la rúa da Casa Vella y luego A Casanova, que nos llevará a cruzar la carretera N-651 hasta alcanzar la casa consistorial del ayuntamiento de Fene. Nada más superarla debemos girar a la izquierda e inmediatamente después a la derecha, en el lugar de As Foxas. Abandonamos ahora el centro poblacional para adentrarnos en caminos rurales hasta el lavadero de Mundín, donde giramos a la izquierda por un sendero ascendente rodeado de árboles hasta la N-651, salvando este escollo por un viaducto. A través de caminos, probablemente embarrados si viajamos en otoño o invierno, llegamos al polígono industrial de Vilar do Colo. El Camino gira a la izquierda nada más entrar en una rotonda pero si deseamos hacer un alto podemos continuar unos metros de frente hacia la gasolinera y el restaurante del área de servicio. Volviendo al trazado, giramos a la izquierda y recorremos íntegramente esa vía, en cuyo final torcemos de nuevo a la izquierda e inmediatamente después a la derecha para cruzar sobre la autopista AP-9. Luego tendremos que descender hacia el lugar de Pena do Pico y reencontrarnos con la carretera, en este caso la de Cabanas. Cambiamos de arcén para continuar unos metros más antes de desviarnos a mano derecha, hacia el molino Sucursal del Priorato y a la iglesia de San Martiño do Porto, en cuyo interior esconde unos bellos retablos neoclásicos. La construcción de este templo se le atribuye al arzobispo de Santiago de Compostela, Bartolomé Rajoy y Losada, en el siglo XVIII. Siguiendo de frente, descenderemos por unas escaleras para pasar por un túnel de la vía del tren y toparnos ya con el pinar de Cabanas y la playa de A Magdalena, zona de veraneo muy concurrida en los meses estivales. Al terminar el paseo marítimo llegamos a una rotonda donde tomaremos la carretera a mano izquierda en dirección al puente medieval que une Cabanas y Pontedeume, uno de los símbolos de la ciudad y considerado desde su construcción uno de los más importantes de toda Europa. En sus inicios fue de madera pero en el siglo XIV y por orden de Fernán Pérez de Andrade se modificó su estructura y se introdujo como material principal la piedra. Ya casi hemos llegado a nuestro destino, nada más salir del puente giramos a la derecha hacia el muelle y allí mismo se encuentra el albergue de peregrinos. El centro histórico se encuentra siguiendo de frente desde el puente.