La etapa lucense del Camino Norte comienza en Ribadeo, capital de A Mariña Oriental. A este municipio se accede desde el pueblo asturiano de Figueras cruzando el puente de los Santos, que salva la bella ría de Ribadeo. Esta ciudad dejará al peregrino atrapado por su belleza. Además de sus pintorescas calles empedradas, donde se pueden degustar los excelentes mariscos y pescados del Cantábrico en numerosos establecimientos, cuenta con un valiosísimo patrimonio arquitectónico que recomendamos recorrer comenzando en la plaza de España, donde se erige el edificio del Ayuntamiento, un palacete neoclásico del siglo XVIII que fue casa del marqués de Sargadelos. Junto a él luce la torre de los Moreno, de estilo modernista, y en esta misma plaza se halla el convento de Santa Clara, fundado en el siglo XV, que todavía conserva partes del edificio primitivo y un claustro del siglo XVI. La visita ribadense se completa con la capilla de A Atalaia (s. XII), el antiguo cargadero, la zona portuaria, la isla Pancha con su emblemático faro y los arenales de Os Castros, As Illas… y, por supuesto, As Catedrais, uno de los puntos turísticos de Galicia por excelencia por sus impresionantes formaciones rocosas que el mar ha ido labrando con el paso del tiempo.
El viajero dice adiós a la capital municipal y pone rumbo hacia A Ponte de Arante, dejando atrás lugares como Ove o Santa Cruz. En A Ponte se inicia un tramo de ascenso para adentrarse después en Barreiros, otro ayuntamiento de la costa lucense también afamado por su buena gastronomía y sus preciosas playas de arena blanca y fina como Arealonga, As Pasadas, Lóngara o Reinante. En este término municipal atravesamos núcleos como Vilamartín Pequeno, Vilamartín Grande, Gondar, Pedrido y Cerveiro para llegar a San Xusto de Cabarcos, último punto de Barreiros.